de Cultura Alternativa Corrientes, el Viernes, 28 de enero de 2011 a las 23:13
La Alternativa a la decadencia que retrataremos a continuación
Quiero destacar el trabajo de un grupo de amigos, artistas militantes, del grupo 'Cultura por Justicia', que están trabajando junto a la comparsa barrial 'Bella de la Costa' de Corrientes...

Carnaval. Liberación. Subversión
La historia del carnaval es muy antigua. Tiene miles de años. No nos vamos a meter en eso por ahora. Siempre significó en mayor o menor medida un tiempo de 'permisividad' y descontrol como dice Bajtín en un artículo. Tiempo en que se alteran las relaciones entre las personas, entre las clases y castas. Donde las jerarquías y posiciones sociales se alteran y desafían en el marco de un juego mas o menos legalizado -de hecho- que como todos los juegos reales es muy serio.
La burla y la risa. El inconciente social aflora como cultura popular. Aflora ese inconciente, esa zona bajo llave dónde van a parar -por un mecanismo de auto-defensa- los saberes que amenazan la salud física y emocional de los oprimidos, debido a la represión por parte del estado que llaman los desafíos a la situación de opresión y humillación-.


El ejemplo de Paso de los Libres: el carnaval hoy es el mas vil comercio y entretenimiento
Hace ya algunos años, la elite política tradicional de Paso de los Libres, en alianza con sectores empresarios, sacó el Carnaval del centro de la ciudad y lo llevó a un corsódromo en las afueras. Han gastado millones en un corsódromo y seguramente se han robado una parte sustancial. Muchos funcionarios han ido incrementando exponencialmente sus patrimonios.
Esas élites políticas, empresariales y sociales, han ido robándose la fiesta popular. Le han ido imprimiendo sus necesidades y su lógica. Hoy el carnaval ya no es participativo, cada vez hay menos comparzas. Hoy lo fundamental es la competencia y el lujo. Y el pueblo es un espectador, no un actor. Su rol es pasivo. Hay una competencia por la lujosidad de los trajes y la 'perfección de los cuerpos-objetos'. Las mujeres deben, según la ley imperante de hecho, sentarse a ver cómo sus maridos fantasean con los cuerpos esculturales dados a publicidad, y deben buscar imperfecciones, 'detalles' en los trajes.

Los temas:

Los personajes detrás de la escena.
Hay un personaje bastante conocido, con una presencia destacada en el último desfile de aniversario de la ciudad llamado Saúl Acuña. Este tipo 'consigue cosas' como por ejemplo hacer el gancho con la modelo Ingrid Grudke para que venga a actuar en la pasarela, por la trascendida modesta suma de $30.000, que podrían ser invertidos en salud, educación, cultura.

La municipalización. Sigue el curro
El año antepasado, cuando se aproximaban los corsos 2010, se inició en Libres una gran polémica por un intento de licitaciones truchas y de espaldas a la sociedad y las comparzas, de negocios del carnaval a empresarios, en especial dirigente Liberal correntino llamado Fernandez Affur, el 'Pepe'. El señor, un 'organizador' de 'pequeños eventos' como el carnaval correntino, bicho para mantenerse cerca e intercambiar favores con la 'clase política tradicional'; por supuesto un 'fundamentalista' de los negocios privados con las fiestas populares. Estas licitaciones tendían a ir en detrimento de empresarios libreños, y generaron malestar en la población por la cual fracasaron y quedaron en manos de 'Obregón' llamado por algunos el 'Rey de las Sillas' (por la infraestructura que ha ido armando para lucrar con los corzos) y con un fuerte peso en la organización del 'Beto' Antouche, ligado al P.J local y propietario de una radio.
Como era esperado, los corsos del 2011 se han municipalizado, se ha involucrado el municipio, por el curro que significan, y para debilitar a Antouche que se perfila como candidato para desbancar a los Radicales de Visqui.
Este año los corzos, ya 'municipalizados', han profundizado su elitismo y la exclusión del pueblo. Además de los altos valores de entradas, tribunas, bebidas, etc, este año van a innovar obligando a todos los participantes de las comparzas, que además de hacerse su traje, de meses de ensayo (y de desfilar para el público que con su dinero alimentará a empresarios y políticos del carnaval) tienen que pagarse sus entradas. Sino pagan no pueden ver el resto de las comparzas. Una de las situaciones mas bizarras será seguramente cuando los jueces al finalizar, definan puntos y ganadores, y todos los excluídos deban confiar en el buen gusto de fiscales sobre competidores que ellos no pudieron ver. Una burla.
Despilfarro.
Hay gente que se endeuda años para pagar trajes lujosos que en su mayoría no se reciclan. Hay quien paga hasta 70.000 pesos por un traje. ¿Cuantos chicos, de esos miles de hambrientos que hay en Paso de los Libres, pueden alimentarse con esa suma?
Cristian González.
MST en Proyecto Sur-Corrientes