Del infierno de Chernobyl a la amenaza de una represa en Alba Posse
Nataliya es ucraniana y padeció las consecuencias de la radiactividad tóxica de la planta nuclear. Llegó a Misiones en busca de un ambiente más sano. Ahora quiere decirle a la Cristina, que estará en la Fiesta de los Inmigrantes, en Oberá, que esto que intentan hacer con las represas es un desastre.
ALBA POSSE. El 26 de abril de 1986, poco después de las 1.30 de la madrugada, un simulacro de corte de energía en el reactor número 4 de la Planta Nuclear de Chernobyl, terminó en el mayor accidente nuclear experimentado por la humanidad. Una nube de hidrógeno en el núcleo del reactor hizo estallar el techo de 10 toneladas y generó un incendio que liberó partículas radiactivas que llegaron a contaminar 3.900.000 kilómetros de Europa .
Las consecuencias para la población hasta el día de la fecha no pueden establecerse con precisión, pero las estimaciones de los distintos grupos científicos que estudiaron las derivaciones del desastre coinciden en que el cáncer, la leucemia, malformaciones de todo tipo y afecciones pulmonares, cardíacas y dérmicas, son el legado de patologías que signaron la vida de las víctimas que permanecieron vivas. En el último aniversario de la tragedia, se estimaba que la cantidad de muertos alcanzaba al miedo millón de personas.
A pesar de estar a cien kilómetros del lugar de la explosión, una de las ciudades afectadas fue – y es – Kiev, la capital de Ucrania. Allí nació y vivió gran parte de su vida Nataliya Zhyalo, quien hace diez años, afectada pulmonarmente y luego de ver durante años como la salud de sus seres cercanos y vecinos se consumía, decidió abandonar Ucrania en busca de un ambiente más saludable. Así llegó a Misiones, y se afincó en Alba Posse, donde reside actualmente junto a su familia, muy cerca del río Uruguay y la frontera con Brasil.
Hoy, Nataliya al igual que miles de vecinos de Alba Posse, se encuentran sumidos en la preocupación que genera la existencia del proyecto binacional Panambí, que pretende instalar una represa hidroeléctrica en la ciudad brasileña de Alecrim, y que como corolario provocaría la inundación de al menos toda la zona ribereña de Alba Posse.
Días atrás, PRIMERA EDICION recorrió la ciudad fronteriza y entre otros vecinos visitó a Nataliya, a fin de conocer su historia y su perspectiva ante una amenaza que ya generó el alerta y la organización de los pobladores.
El infierno
"Lo que sucedió en mi ciudad fue terrible, un infierno, porque a pesar de que estábamos lejos, las radiaciones tóxicas nos afectaron mucho, pero pasó mucho tiempo hasta que nos consideraron afectados" recordó Nataliya, evocando una circunstancia que atravesó a muchos poblados ucranianos a los cuáles en una primera instancia no se los consideró entre los damnificados por las nubes tóxicas de una explosión que motivó la evacuación total de 78 pueblos circundantes a Chernobyl, donde ya en los días siguientes al desastre se registraron numerosos casos de enfermedades nunca antes vistas y otras en niveles inéditos. Lo más característico fue el cáncer de tiroides en niños, extendido luego a adultos, sobre todo mujeres.
"Inclusive los medios de prensa no dieron a conocer lo que estaba pasando en Kiev, donde aparecieron muchísimas enfermedades. Tuvimos que enterarnos por médicos y científicos que de a poco se iban animando a reconocer que en la capital de Ucrania también éramos afectados. Pero pasaron muchos años. Hubo malformaciones de todo tipo, en humanos, animales y plantas; enfermedades a granel, como leucemia y cáncer. Tengo una tía que falleció y mucha gente conocida que enfermó. Yo contraje asma y quedé con una alergia crónica" detalla la ucraniana al cronista de PRIMERA EDICION.
Una década después de lo sucedido, y conciente de que si no encontraba un lugar en el mundo donde vivir sin tener que respirar aire contaminado su salud empeoraría, Nataliya decidió hacer las valijas y decirle adiós a su país natal. "Fue una decisión que tomé principalmente por mi salud. Y como a través de un pariente teníamos la posibilidad de venir a Misiones, no lo dudé, y así llegué a Alba Posse, un lugar con un aire puro, uno de los pocos lugares donde se respira aire puro y donde hay naturaleza y mucha tranquilidad todavía" afirma.
El presente
Aunque para el gobernador de Misiones hay que esperar 24 meses para empezar a hablar de las represas proyectadas por los gobiernos nacionales en la región, los vecinos albaposseños ya se encuentran movilizados en pos de la obtención de información – que el Estado Provincial retacea, a contramano de lo que ocurre en Brasil – y de la organización vecinal.
Es que además de la cuestión medioambiental, si la represa Panambí se consuma, cientos de familias deberán ser relocalizadas geográficamente, aunque hasta ahora nadie les informó cómo, cuándo ni en qué condiciones. Temen, con gran sentido de la racionalidad, que les ocurra lo mismo que a miles de afectados por la represa Yacyretá que tuvieron que "negociar" con la EBY con el agua al cuello, o bien, que fueron desalojadas por medio de la violencia de los aparatos represivos del Estado Provincial y enviados a lejanos ghettos de pobreza y marginación.
"Yo acudí a la audiencia pública que se hizo en Porto Mauá, porque era la única forma de obtener información porque del lado argentino nadie informa nada. Volvimos aterrados porque parece que ya la dan por hecha a la represa. Por eso hoy los vecinos nos estamos organizando, queremos escribir cartas y enviarlas a todos los gobernantes e incluso poder llegar a la Presidenta, que estará en la Fiesta de los Inmigrantes. Esto que intentan hacer con las represas es un desastre. No existe el impacto mínimo, menos cuando se habla de que una ciudad como Alba Posse desaparecería casi por completo. Acá la gente tiene gran incertidumbre pero al mismo tiempo comienza a gestarse una organización para resistir. Existen muchas formas de generar y ahorrar energía sin la necesidad de arruinar el medio ambiente y sin arruinar la vida de miles de personas. Debemos apostar por la salud de los habitantes" señaló la ucraniana, dejando plasmado un sentimiento que recorre Alba Posse de punta a punta.
Organización en marcha
El sábado último en un salón parroquial de Alba Posse, tuvo lugar la Primera Reunión de Vecinos por la Represa Panambí, tal se denominó a un encuentro muy concurrido, donde se abordó el tema de la hidroeléctrica proyectada, a tiempo que quedó plasmado el primer paso hacia una organización ciudadana en contra de esta represa que amenaza con hacer desaparecer Alba Posse.
Estuvieron presentes ambientalistas, intendentes, organizaciones sociales, pero sobre todo vecinos dispuestos a comenzar a luchar por sus derechos, entre ellos, el derecho a la información, hoy vulnerado por el gobierno provincial.Fuente: PRIMERA EDICION
Las consecuencias para la población hasta el día de la fecha no pueden establecerse con precisión, pero las estimaciones de los distintos grupos científicos que estudiaron las derivaciones del desastre coinciden en que el cáncer, la leucemia, malformaciones de todo tipo y afecciones pulmonares, cardíacas y dérmicas, son el legado de patologías que signaron la vida de las víctimas que permanecieron vivas. En el último aniversario de la tragedia, se estimaba que la cantidad de muertos alcanzaba al miedo millón de personas.
A pesar de estar a cien kilómetros del lugar de la explosión, una de las ciudades afectadas fue – y es – Kiev, la capital de Ucrania. Allí nació y vivió gran parte de su vida Nataliya Zhyalo, quien hace diez años, afectada pulmonarmente y luego de ver durante años como la salud de sus seres cercanos y vecinos se consumía, decidió abandonar Ucrania en busca de un ambiente más saludable. Así llegó a Misiones, y se afincó en Alba Posse, donde reside actualmente junto a su familia, muy cerca del río Uruguay y la frontera con Brasil.
Hoy, Nataliya al igual que miles de vecinos de Alba Posse, se encuentran sumidos en la preocupación que genera la existencia del proyecto binacional Panambí, que pretende instalar una represa hidroeléctrica en la ciudad brasileña de Alecrim, y que como corolario provocaría la inundación de al menos toda la zona ribereña de Alba Posse.
Días atrás, PRIMERA EDICION recorrió la ciudad fronteriza y entre otros vecinos visitó a Nataliya, a fin de conocer su historia y su perspectiva ante una amenaza que ya generó el alerta y la organización de los pobladores.
El infierno
"Lo que sucedió en mi ciudad fue terrible, un infierno, porque a pesar de que estábamos lejos, las radiaciones tóxicas nos afectaron mucho, pero pasó mucho tiempo hasta que nos consideraron afectados" recordó Nataliya, evocando una circunstancia que atravesó a muchos poblados ucranianos a los cuáles en una primera instancia no se los consideró entre los damnificados por las nubes tóxicas de una explosión que motivó la evacuación total de 78 pueblos circundantes a Chernobyl, donde ya en los días siguientes al desastre se registraron numerosos casos de enfermedades nunca antes vistas y otras en niveles inéditos. Lo más característico fue el cáncer de tiroides en niños, extendido luego a adultos, sobre todo mujeres.
"Inclusive los medios de prensa no dieron a conocer lo que estaba pasando en Kiev, donde aparecieron muchísimas enfermedades. Tuvimos que enterarnos por médicos y científicos que de a poco se iban animando a reconocer que en la capital de Ucrania también éramos afectados. Pero pasaron muchos años. Hubo malformaciones de todo tipo, en humanos, animales y plantas; enfermedades a granel, como leucemia y cáncer. Tengo una tía que falleció y mucha gente conocida que enfermó. Yo contraje asma y quedé con una alergia crónica" detalla la ucraniana al cronista de PRIMERA EDICION.
Una década después de lo sucedido, y conciente de que si no encontraba un lugar en el mundo donde vivir sin tener que respirar aire contaminado su salud empeoraría, Nataliya decidió hacer las valijas y decirle adiós a su país natal. "Fue una decisión que tomé principalmente por mi salud. Y como a través de un pariente teníamos la posibilidad de venir a Misiones, no lo dudé, y así llegué a Alba Posse, un lugar con un aire puro, uno de los pocos lugares donde se respira aire puro y donde hay naturaleza y mucha tranquilidad todavía" afirma.
El presente
Aunque para el gobernador de Misiones hay que esperar 24 meses para empezar a hablar de las represas proyectadas por los gobiernos nacionales en la región, los vecinos albaposseños ya se encuentran movilizados en pos de la obtención de información – que el Estado Provincial retacea, a contramano de lo que ocurre en Brasil – y de la organización vecinal.
Es que además de la cuestión medioambiental, si la represa Panambí se consuma, cientos de familias deberán ser relocalizadas geográficamente, aunque hasta ahora nadie les informó cómo, cuándo ni en qué condiciones. Temen, con gran sentido de la racionalidad, que les ocurra lo mismo que a miles de afectados por la represa Yacyretá que tuvieron que "negociar" con la EBY con el agua al cuello, o bien, que fueron desalojadas por medio de la violencia de los aparatos represivos del Estado Provincial y enviados a lejanos ghettos de pobreza y marginación.
"Yo acudí a la audiencia pública que se hizo en Porto Mauá, porque era la única forma de obtener información porque del lado argentino nadie informa nada. Volvimos aterrados porque parece que ya la dan por hecha a la represa. Por eso hoy los vecinos nos estamos organizando, queremos escribir cartas y enviarlas a todos los gobernantes e incluso poder llegar a la Presidenta, que estará en la Fiesta de los Inmigrantes. Esto que intentan hacer con las represas es un desastre. No existe el impacto mínimo, menos cuando se habla de que una ciudad como Alba Posse desaparecería casi por completo. Acá la gente tiene gran incertidumbre pero al mismo tiempo comienza a gestarse una organización para resistir. Existen muchas formas de generar y ahorrar energía sin la necesidad de arruinar el medio ambiente y sin arruinar la vida de miles de personas. Debemos apostar por la salud de los habitantes" señaló la ucraniana, dejando plasmado un sentimiento que recorre Alba Posse de punta a punta.
Organización en marcha
El sábado último en un salón parroquial de Alba Posse, tuvo lugar la Primera Reunión de Vecinos por la Represa Panambí, tal se denominó a un encuentro muy concurrido, donde se abordó el tema de la hidroeléctrica proyectada, a tiempo que quedó plasmado el primer paso hacia una organización ciudadana en contra de esta represa que amenaza con hacer desaparecer Alba Posse.
Estuvieron presentes ambientalistas, intendentes, organizaciones sociales, pero sobre todo vecinos dispuestos a comenzar a luchar por sus derechos, entre ellos, el derecho a la información, hoy vulnerado por el gobierno provincial.Fuente: PRIMERA EDICION
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